Los trabajos de Escuela surgen en momentos difíciles para la humanidad, momentos en que la adaptación se encuentra acorralada, momentos en que el siquismo se enrarece acentuadamente. Aquí, la función de la Escuela no es otra que compensar las dificultades de adaptación creciente, apareciendo como aceleradora de la evolución de la vida.

La Escuela ha estado presente en todos los casos de impedimentos serios en la evolución del hombre. En un comienzo fueron suficientes sencillos aportes para que el avance humano continuara. Progresivamente, las respuestas se han ido haciendo complejas.

En cuanto a los trabajos en sí, apuntan a la normalización de la vigilia (como el estado mas alto logrado por la especie) a fin de no caer en los estados menores de semisueño y a fin de preparar las condiciones que permitan acceso a Altos niveles de trabajo.

En base a este interés, se arman sistemas con presentaciones simples, que más tarde pasan a sistemas totalizadores de respuestas que abren vías de desarrollo. De modo que los participantes van progresivamente tomando información y experiencia, en beneficio de su desarrollo personal.

Sin embargo, el modo de trabajo es de conjuntos (los individuos aislados no pueden emprender estos trabajos), en donde las tareas se van produciendo en equipos móviles, aumentando el desarrollo del cuerpo de la Escuela misma.